El castillo de Guadamur
Cuenta la leyenda que antes de la construcción del castillo de Guadamur, ya existía en el lugar una torre árabe en la que vivía la hija del rey taifa de Toledo, Zaida.
Demasiados años viéndolo en la lejanía o a pocos metros del muro que delimita su finca y ya me parecía soberbio, encantador y magnífico este castillo entre todos los que he visto.
Por fin he tenido la suerte de visitarlo no sólo por fuera, sino arriba y abajo, por dentro, recorriéndolo sólo y a mi aire. Ha sido una experiencia única que no podía dejar de mostrar a través de estas fotos.
Desde lejos impacta, la figura y altura de la torre del homenaje domina y es visible desde cualquier parte de la localidad toledana de Guadamur. Casi te asusta su porte y a la vez, te encandila con su belleza.
El Castillo de Guadamur se localiza en lo alto de un pequeño promontorio, al este de la villa, conocido como el cerro de la ermita, en donde también se encuentra la Ermita mudéjar de la Natividad (s.XIII), de construcción anterior al castillo y probablemente el primer edificio religioso construido durante la reconquista.
EL castillo de Guadamur, exteriores.
Más abajo, a través de la calle de Jorge Manrique se accede a la propiedad donde se ubica el castillo. Gracias a un convenio del Ayuntamiento con el propietario, es visitable de lunes a miércoles previa cita a través de la web de turismo de Guadamur.
El entorno principal donde se asienta este precioso edificio lo conforma un pequeño pinar que hay que atravesar para acceder a un curioso foso y puente levadizo, apareciendo entre los árboles, el impresionante palacio.
Este primer contacto es un verdadero shock visual, no me esperaba este espectáculo. Está tan bien restaurado y conservado que es difícil de creer. Es interesante realizar un recorrido a su perímetro para deleitarse con su bello diseño. El foso que lo acompaña, un estanque, troneras para los cañones en cada esquina de la barbacana, un conjunto admirable.
El castillo de Guadamur se compone básicamente de un patio/palacio cuadrangular, con un diseño exterior único en forma de estrella de cuatro puntas cortada por un cuadrilátero superpuesto. Está rematado por cuatro cubos o torreones cilíndricos y a media distancia de cada lienzo surge un prisma triangular. Adosado al conjunto una imponente torre del homenaje de 30 metros de altura. El perímetro lo rodea una barbacana y un foso que sigue la forma de todo el conjunto.
Este edificio lo mandó construir hacia el 1468 el I Conde de Fuensalida, Don Pedro López de Ayala, que usaría como residencia fortificada, posteriormente se trasladarían al palacio de Fuensalida (Toledo), manteniendo el castillo como residencia de verano. Perteneció a los Ayala durante toda su historia y posteriormente a otras familias de la nobleza, hasta que en 1843 su entonces propietario el Duque de Frías, lo cedió junto a sus propiedades señoriales en Guadamur a sus vecinos.
Desde entonces el castillo se fue convirtiendo poco a poco en un nido de alimañas, solar de pastores, zagales y gitanos. Un vecino del pueblo llamado José Alonso se hizo cargo de sus ruinas.
En 1887 lo adquiere Don Carlos Morenés y Tord, Barón de las 4 torres y VI Conde de Asalto, pariente lejano de los Ayala, que lo restaura haciendo del castillo su principal morada. En esta etapa se cuidaron aspectos importantes en su restauración, se rodeó el foso, se añaden piscinas, fuentes decorativas y el bosquecillo de pinos.
Incendiado durante las guerras carlistas y muy deteriorado durante la guerra civil española, fue vuelto a restaurar por el marqués de Aguilar de Campoo. El actual propietario lo adquiere hace 20 años, lo vuelve a restaurar al aspecto que podemos disfrutar hoy, y aún continúa haciéndolo.
Detalles del acceso por el puente levadizo. Justo al flanquear la puerta existe un pasadizo para bajar al foso.
La torre del homenaje posee un curioso pasadizo que lo atraviesa por su base de norte a sur y comunica varias zonas del recorrido defensivo. En la parte superior sobre el arco existe un escudo de los Ayala.
El escudo de la familia Ayala, (Condes de Fuensalida), dos lobos de sable, uno sobre otro; bordura de gules, con ocho aspas de oro. Se repite con frecuencia en todo el edificio.
La puerta principal del castillo, por la cara sur, lo conforma un bello pórtico con un arco de medio punto enmarcado, con tres escudos… el de Castañeda (la madre del primer conde), el de los Ayala en medio y a la derecha el de los Silva (María de Silva fue la esposa del primer conde). Es probable que los pajes que coronan el enmarcado de la puerta y que corresponden a una reconstrucción del s.XIX estén basados a los que existen en la puerta de la Posada de la Hermandad de Toledo.
Justo a la izquierda de la puerta y encastrado en el muro con un arco y una reja, un brocal para sacar agua del aljibe.
Justo a la izquierda de la puerta y encastrado en el muro con un arco y una reja, un brocal para sacar agua del aljibe.
El castillo de Guadamur, interior.
Pude acceder al interior del castillo de Guadamur a través de una puerta de servicio, dentro las caballerizas, las estancias de servicio y el aljibe.
El aljibe principal del castillo, tiene unas dimesiones y altura considerable, está prácticamente intacto, conserva muy bien la capa de recubrimiento hidráulico. La luz superior de la siguiente foto corresponde al brocal embutido en la pared junto a la entrada principal.
El aljibe principal del castillo, tiene unas dimesiones y altura considerable, está prácticamente intacto, conserva muy bien la capa de recubrimiento hidráulico. La luz superior de la siguiente foto corresponde al brocal embutido en la pared junto a la entrada principal.
Un reportaje en el que he disfrutado como pocas veces fotografiando, aprendiendo, y conociendo nuestra historia y patrimonio. Momentos muy especiales, a veces con la sensación de que no estabas del todo solo.
Y una anécdota que no olvidaré: El primer día del reportaje cuando ya estaba anocheciendo me dispuse a salir del castillo pero, la puerta por donde entré estaba cerrada, y todas las puertas de acceso. Al parecer algún encargado de las llaves vio la puerta abierta y la cerró pensando que no habría nadie o que ya me habría marchado. Sin más luz que el teléfono móvil quedé sólo en este castillo, a la espera de que vinieran a abrirme, casi 30 minutos. Y sí… juraría que escuchaba en la lejanía los lamentos de la pobre Zaida. ¡Una experiencia inolvidable!
El castillo de Guadamur está declarado Bien de Interés Cultural con código RI-51-0001611 el 18 de junio de 1964. La visitas al castillo ( Se recomienda cita previa): Lunes, martes y miércoles de 9:00a 14:00 h. (Visitas guiadas.Reserva de entradas. Oficina de Turimo, C/ Nueva 17) Teléfono. 925291560 turismo@guadamur.es.